Si algo he aprendido en años de terapia, y también en mi vida personal, es que no hay una manera mágica y fácil de cambiarnos a nosotros mismos. Ya sea, cuando se trabaja a nivel cognitivo en terapia, o cuando se haga a nivel conductual, no hay ninguna otra forma de erradicar y alejar el sufrimiento emocional que no sea el aprendizaje de un nuevo sistema de afrontamiento, que requerirá esfuerzo y práctica. El entender el porqué de algo no es suficiente en sí mismo, y tampoco conseguirá usted demasiado si lo único que hace es reconocer y expresar sus sentimientos, o compartirlos con gente que piensa y sufre como usted lo hace.

El cambio se consigue aprendiendo una forma de pensar y actuar que sea más adaptativa, verdaderamente racional, verdaderamente objetiva, y que aún no ha aprendido a tener, o que aún no está poniendo en práctica, aunque crea que la conoce y utiliza. Lo que pueda creer o leer sobre pensar con más optimismo sobre las cosas, el yoga, la meditación, el ejercicio físico…, la esperanza, las plegarias, las suplicas… no harán que cambie su forma de interpretar y pensar sobre usted mismo, sobre los demás, o sobre lo que le rodea, y no le hará cambiar su forma de comportarse o de afrontar lo que le pasa. Conseguir el apoyo de los demás, aunque entre esos que le apoyan este su terapeuta, no lo hará. Si piensa que con que alguien le escuche, le aconseje, le pase las manos por encima (o se las imponga), reorganice su casa, su energía o su dieta, va a evitar el sufrimiento en el futuro… va usted listo. Muchas de esas cosas (las primeras mencionadas, de las últimas olvídese) pueden ayudarle a sentirse mejor en un momento dado, a pasar el corto plazo de forma más llevadera, pero no le ayudarán a medio y largo plazo. Ahí verá que solo usted puede aprender a cambiarse a sí mismo. Solo con aprendizaje (la terapia tiene que ver con aprender y no con curar), y con esfuerzos repetidos (sí, mucho esfuerzo), conseguirá variar la tendencia.

Aprenda técnicas cognitivas, emocionales y conductuales en terapia. De oportunidades a todas y cada una de ellas. Si alguna no le funciona continúe probando con otra, vuelva a la primera, ensaye, pruebe, no se desanime, siga utilizando el método muchas veces más. No espere que todo le funcione maravillosamente, utilícelo una y otra vez hasta que vaya formando parte de su forma de pensar y de actuar. Trabaje y trabaje para encontrarse mejor, todos los días, y cuando se encuentre mejor siga trabajándolo de vez en cuando, ¡no se le vaya a olvidar! La clave del cambio no es mágica, es la práctica. Si piensa que el cambio para dejar de sufrir tendría que ser fácil y que no va a exigirle esfuerzo ya ha encontrado la primera creencia a cambiar. Si el futbol es ganar y ganar, la terapia es currar y currar.

Cambiar para dejar de sufrir