Problemas de autoestima y del estado de ánimo.

Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos: Anorexia, Bulimia, e Ingesta compulsiva.

Trastorno de ansiedad por separación.

Fobias y miedos en la infancia y adolescencia.

Tics y hábitos nerviosos.

Enuresis.

Trastornos del sueño.

Falta de control de impulsos.

Conductas disruptivas.

Dificultades de adaptación social o escolar.

Fobia social y timidez en la adolescencia.

Problemas de relación en la adolescencia.

 

 


Problemas de autoestima y del estado de ánimo.

En la realidad familiar, escolar y social de nuestros hijos existen mensajes negativos (Debes ser bueno es algo; no vales para nada; todos son mejores que tu; no vas a conseguir nada…) a los que los niños y adolescentes no se saben enfrentar. Aún no son capaces de tener el juicio crítico necesario para generar las alternativas de pensamiento racional que exige el afrontamiento de aquellas ideas dañinas que pueden perturbarles. El entrenamiento en estilos de pensamiento científico y racional les ayudará a conseguir una mejor adaptación vital y la superación de los problemas de autoestima que puedan presentar en un momento dado.


Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos: Anorexia, Bulimia, e Ingesta compulsiva.

El espectro de trastornos alimentarios abarca desde un extremo en el que encontramos pacientes que presentan pérdidas de peso y miedo desproporcionado a su ganancia, por lo que inician conductas de restricción alimentaria, hasta problemas de atracones y purgas recurrentes con síntomas de pérdida de control. En estos trastornos, una edad crítica es la adolescencia, y es necesario que sean tratados en el inicio para que presenten un buen pronóstico, por ello es muy importante la detección precoz e inmediato tratamiento a nivel médico y psicológico.


Trastorno de ansiedad por separación.

Niños y preadolescentes pueden sentir ansiedad al separarse de sus principales figuras de seguridad, normalmente padres y hermanos mayores. Las manifestaciones de esta ansiedad que padecen los menores pueden ser vómitos, llanto, rabietas o gritos desesperados…. La planificación de un proceso sistematizado de exposición graduada a la separación es la base del tratamiento de estos casos.


Fobias y miedos en la infancia y adolescencia.

Los miedos y fobias se dan dan también entre los niños y adolescentes, y pueden verse cuando estos manifiestan una respuesta desproporcionada hacia una situación que no supone en términos objetivos una amenaza real. El tratamiento de las fobias o miedos es uno de los menos complejos en psicología por lo que la superación de los mismos tiene una alta probabilidad de éxito, pudiendo evitar con su tratamiento en la infancia y la adolescencia la permanencia de estos miedos.


Tics y hábitos nerviosos.

En la infancia la imitación de conductas es un potente motor de aprendizaje. Esta imitación puede llevar a la adquisición de  tics y hábitos nerviosos (como comerse las uñas), pueden convertirse en una problema a largo plazo por las consecuencias que pueden tener. Los intentos de solucionar estos problemas sin acudir al psicólogo por parte de los padres pueden ser ineficaces a largo plazo y generar sentimientos de incapacidad en los padres y los niños. El tratamiento estructura un entrenamiento de reducción de la conducta a corto plazo y mantenimiento de los resultados en el tiempo.


Enuresis.

Si bien no todos los niños presentan el mismo ritmo madurativo a la hora de aprender a controlar los esfínteres, si existe una edad (entorno a los 5 o 6 años) en la que se ha de poder controlar de forma generalizada la micción y defecación tanto por el día como por la noche. La psicología en este campo aporta el estudio del caso y la planificación detallada de un plan de aprendizaje de estas conductas de control, para conseguir el correcto ajuste social del pequeño.


Trastornos del sueño.

Los trastornos del sueño son relativamente frecuentes en niños presentando un remisión espontánea en muchos casos por la actuación eficaz de los padres. Los trastornos del sueño tratados en niños en consulta son principalmente los problemas de ajuste a horarios necesarios para el correcto descanso del pequeño y su rendimiento escolar, el sonambulismo, los terrores nocturnos, y las pesadillas. Cada uno de estos problemas requiere una evaluación de sus causas y un plan de tratamiento adaptado al menor y su familia para su superación.


Falta de control de impulsos.

En este tipo de casos nos encontramos con aquellos que presentan como principal característica el fracaso del niño o adolescente que lo sufre en resistirse al impulso, deseo o tentación de llevar a cabo una conducta que es dañina para la propia persona o para los demás. Este tipo de conductas son precedidas por un estado negativo de ansiedad y pérdida del autocontrol que desembocan en la conducta dañina. Aquí podemos encontrar conductas de descontrol vinculadas a la agresividad, la ira, el robo de pequeñas cosas, la piromanía o el arrancarse el propio cabello.


Conductas disruptivas.

Normalmente identificamos la conducta disruptiva con el ámbito escolar, dándose cuando el menor interrumpe o obstaculiza el normal proceso de aprendizaje que se da en un aula, generando con ello problemas en el proceso de enseñanza-aprendizaje propio  y de sus compañeros. Este tipo de conductas suelen ser penalizadas en la escuela, pudiendo llegar a complicarse y generando consecuencias escolares y sociales negativas para el niño/a.


Dificultades de adaptación social o escolar.

Un motivo de preocupación frecuente en los padres que acuden a consulta se debe a la inadaptación que presentan sus hijos a nivel social o escolar. El niño parece que no encaja con los otros niños de su entorno y eso le genera un malestar manifiesto en su estado de ánimo y en los mensajes que transmite. De igual forma, puede verse que el niño o adolescente comienza a no responder a las demandas  que a nivel educativo se le realizan. Es el momento de tratar estas cuestiones antes de que el niño o adolescente genere autoesquemas negativos de uno mismo que lastren su futuro emocional a medio y largo plazo.


Fobia social y timidez en la adolescencia.

La ansiedad social se presenta cuando el adolescente presenta ansiedad al interactuar con otras personas, y esta ansiedad no desaparece al poco tiempo de iniciarse la interacción o tras exponerse varias veces a la situaciones similares. El tratamiento de la ansiedad social en la adolescencia combina el manejo de pensamientos incapacitantes con el entrenamiento en autocontrol emocional y fisiológico.


Problemas de relación en la adolescencia.

Las habilidades para relacionarse con iguales y con los adultos en la adolescencia constituyen un conjunto de comportamientos (guiados por un estilo de pensamiento acertado y adaptativo) que permite a un chico o chica adaptarse al ambiente y obtener de él muchas recompensas a corto y largo plazo. Existen situaciones sociales en las que un adolescente no sabe cómo actuar, generándole sentimientos de incapacidad y malestar. Para conseguir una mejora en las relaciones interpersonales podemos entrenarlas. Las habilidades de interactuar con otros son adquiridas mediante aprendizaje, y se pueden moldear para conseguir tener buenos resultados.