Trastornos depresivos y del estado de ánimo.

La depresión, junto con la ansiedad, es probablemente el trastorno psicológico que con más frecuencia trato en consulta. Sus principales características serían un estado de sufrimiento mantenido en el tiempo, de afectos negativos, de falta de ánimo o motivación por realizar actividades, así como una visión negativa de uno mismo, del mundo y del futuro. El tratamiento de la depresión se orienta desde una adecuada evaluación de las causas de la misma, consiguiendo, a través del aprendizaje en las sesiones de terapia y los ejercicios entre sesiones, una mejora en el estado de ánimo y una normalización de la vida del paciente.


Problemas de autoestima e inseguridad.

Al hablar de baja autoestima o de poca seguridad en uno mismo normalmente nos estaremos refiriendo a la dependencia que tenemos de la aprobación de los demás de nuestras decisiones o de formas de comportarnos en una determinada situación. La construcción de un esquema apropiado de uno mismo que genere bienestar emocional pasa por la autoaceptación y la autoafirmación de nuestra capacidad y valía personal independiente de las opiniones de otros.


Trastornos de ansiedad.

Es difícil encontrar un ser humano que no hay experimentado ansiedad alguna vez. De hecho la ansiedad nos suele ayudar a algunas situaciones cotidianas problemáticas. Sin embargo, una ansiedad desproporcionada interfiere con nuestras actividades diarias. El tratamiento de los diferentes trastornos de ansiedad consiste en el aprendizaje y manejo por parte del paciente de una serie de técnicas cognitivas, conductuales y de autocontrol fisiológico que le permitirá afrontar y superar los momentos en los que la ansiedad se presenta.


Trastornos alimentarios y de la ingestión de alimentos: Anorexia, Bulimia, y Comida compulsiva.

El espectro de trastornos alimentarios abarca desde un extremo en el que encontramos pacientes que presentan pérdidas de peso y miedo desproporcionado a su ganancia, por lo que inician conductas de restricción alimentaria, hasta problemas de atracones y purgas recurrentes con síntomas de pérdida de control. Estos trastornos, que afectan tanto a niños y adolescentes como a adultos, cuando son tratados en el inicio suelen presentar un buen pronóstico, por ello es muy importante la detección precoz e inmediato tratamiento a nivel médico y psicológico.


Trastorno obsesivo-compulsivo.

Las obsesiones se pueden presentar como pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes generadores de ansiedad. El paciente aun reconociéndolos como dañinos no se ve capaz de manejarlos y eliminarlos. Para reducir la ansiedad generada por las obsesiones se recurre a las compulsiones, se repiten pensamientos o acciones con el objetivo de paliar la respuesta negativa de la obsesión. El principal objetivo del tratamiento de estos trastornos es el de limitar el impacto de las conductas compulsivas y de los pensamientos obsesivos en la vida cotidiana del sujeto, aprendiendo a manejar los impulsos y generando alternativas de respuesta preventiva ante la conducta disfuncional.


Ansiedad social (o fobia social).

La ansiedad social se presenta cuando sentimos ansiedad al interactuar con otras personas y esta ansiedad no desaparece al poco tiempo de iniciarse la interacción o tras exponernos varias veces a la situaciones similares. Puede estar centrada a una serie de situaciones concretas (comer o hablar en público por ejemplo), o puede presentarse de forma generalizada en diversas situaciones sociales (fiestas, reuniones, citas, etc.). El tratamiento de la ansiedad social combina el tratamiento cognitivo con el autocontrol emocional y fisiológico.


Trastornos relacionados con el estrés.

El estrés que forma parte de una respuesta adaptativa de nuestra especie al entorno puede convertirse en un problema cuando es sostenido en el tiempo por un largo periodo. Si el estrés se mantiene como una respuesta fisiológica normalizada de un individuo por un largo periodo de tiempo derivará en un cuadro de síntomas negativos y no deseables. Por ello es necesario aprender a manejar las situaciones generadoras de estrés a través de un entrenamiento de autocontrol cognitivo, emocional y fisiológico que permita a la persona recuperar el control, reducir el estrés y adaptarse a las situaciones de su vida de forma templada.


Fobias y miedos.

Los miedos o fobias se dan cuando tenemos una respuesta desproporcionada hacia una situación que no supone en términos objetivos una amenaza real. Es aquí cuando una respuesta de este tipo es desadaptativa y puede generar una perturbación importante en nuestra vida cotidiana si la situación generadora de malestar se encuentra presente con bastante frecuencia en nuestra vida (por ejemplo, montar en avión, en coche, animales domésticos, la sangre, las agujas, etc.). El tratamiento de las fobias o miedos es uno de los menos complejos en psicología por lo que la superación de los mismos tiene una alta probabilidad de éxito.


Hipocondría

La hipocondría es la experimentación de preocupación y ansiedad en relación con el propio estado de salud y con la idea de que se tiene una enfermedad grave, sin datos objetivos para su mantenimiento, y que se basa en una interpretación errónea que hace la persona de sus síntomas corporales. El principal objetivo del tratamiento de la hipocondría es la modificación de las interpretaciones erróneas y alarmantes de las sensaciones corporales. Para ello se emplean tanto técnicas cognitivas como conductuales.


Tics y hábitos nerviosos.

Los tics y los hábitos nerviosos (como comerse las uñas), pueden convertirse en una problema por las consecuencias que pueden tener al relacionarnos con otras personas, ya sea por estética (como en el caso de las uñas), ya sea por generar incomodidad en nosotros mismos o en otros (como pueden ser el caso de tics faciales). Los intentos de solucionar estos problemas sin acudir al psicólogo suelen ser ineficaces a largo plazo y generar sentimientos de incapacidad. El tratamiento estructura un entrenamiento de reducción de la conducta a corto plazo y mantenimiento de los resultados en el tiempo.


Trastornos del sueño-vigilia.

Los trastornos del sueño suelen darse con mucha frecuencia asociadas a otros problemas psicológicos o también a enfermedades físicas, así como de forma aislada. En cualquiera de los casos, la sintomatología aislada es tratable. Los trastornos del sueño tratados en consulta son principalmente el insomnio, las alteraciones del ritmo circadiano (síndrome de la fase del sueño retrasada o adelantada y ritmo sueño-vigilia irregular principalmente), sonambulismo, terrores nocturnos, y pesadillas. Cada uno de estos problemas requiere una evaluación de sus causas y un plan de tratamiento adaptado al paciente para su superación.


Disfunciones sexuales.

Por disfunciones sexuales entendemos todas aquellas alteraciones que se producen durante el deseo, la excitación o el orgasmo en una relación sexual, y que impiden o dificultan el disfrute de nuestra sexualidad. El tratamiento de las disfunciones sexuales tanto en el hombre como en la mujer es un área de intervención de las que más requieren la ayuda de un psicólogo, y con más tradición en la psicología clínica.


Problemas de pareja.

Las parejas suelen acudir a consulta cuando existen discusiones frecuentes, cuando la vida cotidiana con la persona con la que vives se hace muy cuesta arriba. Normalmente, los problemas de pareja tienen su origen en la pérdida de refuerzos en la relación y en problemas de comunicación, lo que antes era una relación en la que el otro era un elemento positivo y de apoyo se convierte en una incesante cadena de situaciones de enfado, gritos o silencios, y reproches, que acaban convirtiendo el tiempo en común en un castigo.


Problemas en las relaciones familiares.

Los problemas familiares presentan malas relaciones entre padres e hijos, entre hermanos, o en la pareja y que acaban involucrando también a los hijos. Las relaciones familiares son complejas, implican los pensamientos, sentimientos y acciones de varias personas por lo que las variables a modificar pueden ser bastantes, y requieren que los integrantes de la familia trabajen tanto en terapia como en casa para conseguir los frutos deseados de una buena convivencia.


Apoyo psicológico a la infertilidad y en los procesos de reproducción asistida.

La infertilidad es un problema que afecta a bastantes parejas, y muchas veces se convierte en un factor de frustración vital muy importante en ellas. Los procesos de reproducción asistida en ocasiones son largos y no están exentos de intentos fallidos, por lo que la frustración crece a medida que el tiempo pasa y no se consigue el embarazo deseado. Desde la psicología clínica se presta apoyo a este proceso entrenando a las parejas en autocontrol emocional y tolerancia a la frustración.


Trastornos adictivos.

Los trastornos adictivos, ya sea por abuso de drogas, alcohol o por juego patológico, constituyen uno de los problemas sociales más importantes. El consumo de drogas, alcohol y el juego, son hábitos aprendidos que pueden ser analizados y modificados como el resto de hábitos comportamentales. El modelo utilizado en psicología clínica, que explica el mantenimiento de un trastorno adictivo y que permite salir de él, tiene en cuenta las variables personales de la persona, el contexto social de inicio y mantenimiento de la adicción, así como las consecuencias que el comportamiento adictivo tiene para cada persona.


Trastornos de la personalidad.

Los trastornos de personalidad describen patrones permanentes e inflexibles de pensamiento y conducta que son identificados socialmente como problemáticos y perjudiciales para la persona o el entorno social. El tratamiento de los trastornos de personalidad es complejo y su objetivo es modificar un determinado estilo de afrontamiento interno e interpersonal alterado por el que se generan conflictos en lugar de resolverse.


Trastornos destructivos del control de los impulsos y de la conducta.

En este tipo de trastornos nos encontramos con aquellos que presentan como principal característica el fracaso de la persona que lo sufre en resistirse al impulso, deseo o tentación de llevar a cabo una conducta que es dañina para la propia persona o para los demás. Este tipo de conductas son precedidas por un estado negativo de ansiedad y pérdida del autocontrol, y con posterioridad al acto se dan sentimientos de culpa o malestar por haberlo hecho. Aquí podemos encontrar conductas de descontrol vinculadas a la agresividad, la ira, el robo de pequeñas cosas, el juego, la piromanía o el arrancarse el propio cabello.


Descontrol emocional.

Hace referencia a cambios súbitos en el estado de ánimo de una persona. Suele asociarse a otro tipo de trastornos, sobre todo con la ansiedad, la depresión o el trastorno bipolar, aunque también puede darse de forma aislada. El autocontrol emocional se conseguirá a través del análisis de la respuesta de descontrol, sus antecedentes y las consecuencias de la misma, para conseguir identificar las situaciones, pensamientos y consecuencias que mantienen el problema.


Déficit de Habilidades Sociales.

Las habilidades sociales constituyen un conjunto de comportamientos (guiados por un estilo de pensamiento acertado y adaptativo) que permite a una persona adaptarse al ambiente y obtener de él muchas recompensas a corto y largo plazo. Existen situaciones sociales en las que no sabemos cómo actuar, o si nuestra ejecución es la más acertada de cara a obtener los resultados que esperamos. Para conseguir una mejora en nuestras relaciones interpersonales podemos entrenarlas. Las habilidades sociales son adquiridas mediante aprendizaje, y se pueden moldear para conseguir tener buenos resultados.


Problemas para Hablar en Público.

Profesional, y personalmente, la capacidad de hablar en público es muy valorada socialmente.  Pueden existir diversos problemas a la hora de hablar en público, sobre todo, relacionados con la ansiedad y con la baja capacidad para hacerlo porque se ha practicado poco o en situaciones negativas. La habilidad para hablar en público y el autocontrol de la ansiedad en estas situaciones puede aprenderse mediante entrenamiento específico.


Planificación, organización y gestión personal.

En ciertos momentos de nuestra vida podemos sentir que no tenemos una guía y el día a día es un descontrol de actividades sin sentido.  Aquí  conseguiremos aprender a sistematizar y jerarquizar aquellos objetivos vitales.. Un componente esencial de esta definición de objetivos estará en la generación y valoración de los mismos, utilizando para ello una metodología estructurada y objetiva, que nos permita definir objetivos alcanzables a corto, medio y largo plazo, de forma realista y adaptada a nuestras necesidades. Si es importante a donde queremos dirigirnos, no menos importante es el plan que vamos a generar para conseguir llegar a donde nos hemos propuesto llegar, y estructurar nuestro a día a día recuperando el control que pensábamos perdido.


Solución de problemas.

En la vida de cualquier persona tomamos decisiones y solucionamos problemas. Existen también problemas a los que no sabemos dar solución y que nos perturba emocionalmente el no poder solucionarlos. La solución de problemas se basa  en la correcta identificación del problema y de las variables implicadas, la generación de alternativas viables de solución, la ponderación de las alternativas, la valoración de las consecuencias, así como la toma de decisión sobre las mismas y la elección de solución.