el-grito-789x1024Tanto la ansiedad como el estrés son dos procesos que se ponen en marcha como respuesta al entorno  cuando una persona percibe una situación, o acontecimiento, como amenazante o que desborda sus propios recursos. La ansiedad tendrá una respuesta fisiológica más inmediata y alarmante: palpitaciones, falta de aire, temblores, sudoración, náuseas o vómitos. El estrés se mantiene un mayor tiempo conviviendo con nosotros, en atención a la adaptación al exceso de demanda que percibimos del entorno, provocando irritabilidad, nerviosismo, o cambios en el estado de ánimo. Cuadros de estrés pueden provocar con facilidad crisis de ansiedad o de depresión.

La primera fase de afrontamiento de la ansiedad y del estrés, con el objetivo de modificar y eliminar estas respuestas que nos hacen sentir francamente mal, es el entender que la ansiedad y el estrés son respuestas que hemos generado dentro de un proceso de interacción entre nuestro entorno (lo que nos ocurre en el trabajo, con la pareja, con los hijos, con la casa, con el dinero, con la gente, etc.) y las interpretaciones de amenaza o provocación que tengamos sobre estos acontecimientos. En esta primera fase tendremos que clarificar que aspectos de las situaciones y de nuestras reacciones son potencialmente modificables y cuales no lo son.

La segunda fase de este camino requiere un entrenamiento en habilidades de afrontamiento de la ansiedad y el estrés. Para este entrenamiento hemos de requerir la ayuda especializada de un psicólogo experto en modificación cognitivo-conductual, que como si de un maestro de escuela se tratara nos enseñara las habilidades que en nuestro caso serán las necesarias para superar estos procesos. Estas habilidades de afrontamiento pueden incluir la relajación, el entrenamiento en autoinstrucciones (los mensajes negativos o positivos que nos decimos a nosotros mismos), la reestructuración de  nuestra forma de pensar y de interpretar lo que nos ocurre, el autocontrol de las emociones,  o la utilización de nuestra red social o del tiempo de ocio para desviar la atención de los problemas.

La última fase del tratamiento consistiría en aplicar las habilidades aprendidas a las situaciones reales de estrés o ansiedad que vivimos, e ir viendo que resultados vamos obteniendo de cara a controlar nuestras emociones y respuestas fisiológicas. Esta fase suele realizarse de forma conjunta al entrenamiento, pues rara vez puede uno permitirse el no ir practicando en la vida real lo aprendido en consulta.

Este entrenamiento para la modificación de patrones cognitivos y conductuales de afrontamiento para la ansiedad y el estrés conforma el mejor tratamiento,  según los resultados obtenidos en experimentación clínica, para conseguir un cambio importante a largo plazo y un mejor estado final de funcionamiento para los pacientes. El desarrollo de estas habilidades permitirá el afrontamiento efectivo de la ansiedad y del estrés a lo largo de la trayectoria vital del paciente, ya que situaciones de estrés o desencadenantes de ansiedad seguro que vamos a encontrar en nuestras vidas, y el haber aprendido a manejarlas será un valor de futuro importante.

 

Como poder afrontar la ansiedad y el estrés.